lunes, 16 de abril de 2007

El árbitro de fútbol como narrador

En prosa, el narrador debe ser como un buen árbitro en fútbol.

Un buen árbitro de fútbol es aquel que pasa desapercibido, no crea polémica y deja todo el protagonismo del partido a los jugadores.
Análogamente, un buen narrador es aquel que hace su función correctamente, de manera que el protagonismo de lo que se narra recae sobre los personajes y sus acciones.
A mi modo de ver, un buen narrador debe pasar desapercibido. El lector sólo debe encontrar las florituras literarias del narrador si las busca a propósito. Al lector le interesa lo que ocurre en el cuento/relato/novela, no desviemos su atención hacia un narrador pedante.

Es un fallo muy común, sobre todo entre los escritores que comienzan, el de darle protagonismo al narrador. Los errores más típicos que he detectado a lo largo de mi experiencia como lector son:

- El narrador ofrece demasiada información. Esto produce dos efectos. Primero, los personajes parecen congelados, que no hacen nada, y el texto aburre. Segundo, el exceso de información cercena toda posibilidad de crear intriga. La creación de la intriga depende de cómo coloquemos la información en el texto, pero las maneras de crear intriga es un tema tan interesante que merecerá otro post dentro de la teoría literaria. No es bueno contar todo, hay que ser selectivo y contar sólo lo relevante para nuestra historia.

- Utilizar oraciones muy largas. Coordinar y subordinar una oración tras otra puede dar lugar a un laberinto de palabras. El lector nunca debe necesitar volver a leer, así que el narrador debe asegurarse de que las frases son suficientemente simples. Mi experiencia es que, cuanto más fácil resulta escribir algo, más difícil resultará luego leerlo. Lo fácil es escribir oraciones de tres o cuatro líneas utilizando subordinaciones y coordinaciones. Lo difícil es expresar lo mismo mediante frases cortas de una o, como mucho, dos líneas. No exijamos al lector que se esfuerce en comprender nuestro lenguaje, tenemos que dejar fluir toda su atención hacia la ficción que le planteamos.

- Redacción. No basta con corregir la ortografía. Una correcta redacción es vital. El buen uso de la puntuación (puntos, comas, etc.) es vital y a veces los escritores que comienzan no le dan la importancia que merece.

¿Se os ocurren más fallos típicos?
¿Estáis de acuerdo con la analogía entre el buen narrador y el buen árbitro de fútbol?

Os invito a realizar comentarios a este post. ¡Saludos!

Aquí tenéis mi brazo

Aquí tenéis mi brazo
que no conquista tierras,
que no sujeta bridas,
que no acompaña gritos de combate;
mi brazo que no sabe de plegarias
ni busca recompensa en otra vida.
Aquí tenéis mi brazo generoso
desnudo de estandartes,
mi brazo a piel abierta voluntario
dispuesto a compartir toda su sangre.


Del libro "El pueblo de Alcorcón en memoria de las víctimas del atentado terrorista perpetrado el 11 de marzo de 2004 en las estaciones de Atocha, El Pozo del Tío Raimundo y Santa Eugenia de Madrid"
Mayo 2004

lunes, 2 de abril de 2007

Vivero de metáforas

En este post vamos a poner un vivero de metáforas.
Consiste en ir apuntando en él cualquier metáfora que surja para crear una buena colección.
Después, siempre es posible transplantar una metáfora de este vivero a un texto literario cuando nos haga falta.
Por supuesto, os las regalo para que las utilicéis si queréis, y también os invito a incluir vuestras propias metáforas en este vivero (en forma de comentario) y así tener una diversidad genética más rica.


VIVERO DE METÁFORAS

  1. tan delgado como una radiografía (2 abril 2007)
  2. pegados como dos cucharas (2 abril 2007, esta viene de "spooned" en inglés)
  3. la miel es agua lenta (3 enero 2008)